Este genial tango de Horacio Salgán constituye una adaptación para trío del genial guitarrista Leandro Riolobo. Según dejó apuntado Riolobo meticulosamente en su diario íntimo, una noche de verano se le apareció el ánima de Don Gerónimo Cabrés, quien supo ser un guapo que tallaba por la zona de Tres Esquinas, y le pidió expresamente que de inmediato le tocara el tango "Grillito". Riolobo en su vida había sabido de este tango, y un poco por susto y un poco de puro mentiroso, interpretó el tango "Felicia" intercalando contrapuntos complejos y armonías dodecafónicas. El fantasma quedó algo confundido y prometió regresar cuando tuviera el oído más despejado. Así es que, ante tal amenaza de reaparición, Riolobo se dio a la tarea de buscar el tango Grillito y adaptarlo en versión trío a los fines de poder conjurar tan maleva aparición, aunque esta vez en banda. Bien se sabe que el coraje es mejor cuando es compartido.
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